miércoles, 18 de mayo de 2011

NOCHES PALIDAS

La noche estará agradable y correrá una suave brisa. Usted, señor elegante que vino por negocios, estará escondido en alguna habitación probando las noches de China.

Seguramente pedirá que la luz este encendida. Así es como le gusta en su país.

Serán dos, y de las mejores de la ciudad, las que lo atenderán. Pálidas y hermosas una llevará un vestidito diminuto, de color rojo. La otra lo esperará desnuda en la cama.

Le gustará el sillón rojo y en este dejará que la pálida chiníta de camisolín lo transporte lejos de allí.

El clima estará acalorado, pero el frío que entrará por la ventana abierta le erizará la piel. Esto le agradará.

Observara a la otra muchacha esperarlo en la cama y pensará por que son tan pálidas y pequeñas, y la vez tan expertas. Creerá que es cultural.

Las flores te observarán desde la mesita de luz y pensaras en tu esposa, en comprarle un ramo de flores mañana por la mañana antes de entrar a casa.

Te despediras del sillón y pasaras a la cama. No recordarás mucho. Solo el suave aroma de la piel desnuda de la chinita.

Te levantarás y no habrá nadie en tu habitación, solo un aroma que no sabrás de donde vendrá, pero te recordará algo existió.

Y volarás a tu país. Donde jamás volveras a oler ese aroma.





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